Natales, Sofía y Torres del Paine
Dentro de la Región de Magallanes, el Parque Nacional Torres del Paine es el principal atractivo. Pero Puerto Natales es uno de los pueblos que ha logrado fascinarme. Sus casitas de chapa y a dos aguas, para resistir al viento y las nevadas, pintan de colores un paisaje que de fondo es blanco precordillera. Sus aguas cristalinas reflejan las montañas y, en los muelles, los enrejados se llenan de candados con deseos de los pobladores. Lo que parece un gran lago, es en realidad un inmenso golfo con salida al Océano Pacífico.
Mochileros, alpinistas, montañistas, atletas y viajeros de todas partes del mundo sacan sus entradas con anticipación y reservan sus equipos u hospedaje para adentrarse al Parque Nacional Torres del Paine. Los famosos circuitos de trekking “W” y “O” proponen estadías de cuatro a cinco días y 15 a 20 kilómetros de montaña diarios para andar. Nada fácil y nada recomendable para simples turistas. Nosotros, con 25 y 29 años, acostumbrados a hacer 10 kilómetros diarios con mochilas de 20 kilos a cuestas, nos rendimos luego de un primer día hacia la base de las Torres. (20K ida y vuelta).
Por la noche, en la carpa, nuestras piernas temblaban. A Mirian le costó mucho. Cada 100 metros debíamos parar para recuperar el aire y llegamos a la cima (la base de las torres) 15 minutos después de cerrarse el sendero. Un guardaparques se apiadó de nuestro esfuerzo y nos permitió sacarnos la victoriosa foto.
En el centro de la “W”, el valle del Francés, nos contaron, tiene panorámicas inolvidables. Y por la primera “patita” del circuito, el glaciar Grace puede apreciarse cara a cara en embarcación. No se niegue la posibilidad quien esté fuera de forma. Todos los puntos de entrada están unidos por camino vehicular y el sólo tomarse el día para recorrerlos en auto da unos paisajes increíbles, que definitivamente valen la pena. Si además quieren un desafío… hagan el WO! de las Torres del Paine.
Saliendo de Puerto Natales, rumbo al Parque Nacional, se encuentra la “Cueva del Milodón”. Animal prehistórico que es símbolo de la ciudad. En apariencia un oso, el Perezoso más grande del mundo habitó tres cuevas de gran tamaño en la Laguna Sofía.
Las aberturas son visitadas libre y gratuitamente. Sobre sus mesetas habitan familias de cóndores, que vuelan al ras de los escaladores que allí practican.
La playa de arenilla se extiende por todo el límite Este del lago y pese a los visitantes, se disfruta con tranquilidad.
Como una extensión de la laguna, no inundada, un valle se expande con un verde intenso. Colocamos nuestra carpa entre ambas, con una vista panorámica extraordinaria. Para cocinar, bajábamos dos kilómetros hasta el lago para agarrar agua en una ollita y subirla de nuevo, equilibrando para no derramar. Antes, tomábamos un baño helado de segundos.
Los fuertes vientos y alguna que otra lluvia por las noches, nos dieron una sacudida de susto, pero los días subsiguientes fueron de sol. Y así como los cucumelos brotaron, nos abrimos a recibir los rayos cálidos.
Tu Mejor Huella
En nuestra estadía en Puerto Natales tuvimos la posibilidad de hospedarnos en diferentes lugares: hostels, couchsurfing, casas de viajeros voluntarios y posadas. Una de éstas fue Casa Patagonia, que a través de Arturo, de la agencia de turismo Patagonia Planet, nos facilitaron toda la información necesaria para hacer nuestro recorrido por el Parque Nacional Torres del Paine.
Arturo fue muy generoso y nos pidió un sólo favor: que difundamos Tu Mejor Huella. Ésta, no es ni una agencia de turismo, ni un hospedaje o algo por el estilo. Es una campaña de todos aquellos que disfrutan y cuidan del Parque, para construir senderos de trekking más sustentables.
La lluvia, el viento y, por sobre todo, el uso del montañista, erosionan cada vez con más facilidad la arcillosa superficie de las laderas de la montaña. Ésto modifica las pendientes y bajadas de agua fluvial, lo que además de ser riesgoso para el visitante, también puede implicar una mudanza de ecosistema. Si bien pareciera que este cambio puede llevar tiempo, el punto de inflexión es ahora y el momento es crítico. Son necesarios nuevos caminos, más sustentables, para que no perdamos el acceso a éstas maravillas, pero tampoco las dañemos.
Tu Mejor Huella es una campaña de donación, donde todos podemos colaborar aportando el valor de un metro cuadrado de los nuevos senderos. Si se trata de conservación, pisemos fuerte.
