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Moto Z, mucho más que sacar fotos con el celu

Ideal para no cargar con grandes equipos, el modulo cámara fotográfica del nuevo Moto Z se acopla al celular y cabe en el bolsillo

En el bar te conocen porque a media tarde siempre vas por tu expreso macchiato, pero también porque de tu bolsillo cuelga el cable del cargador y esperás con estoica paciencia la mesa que se ubica al lado del toma, para poder darle algo de energía a la agotada batería de tu smartphone. Surgió una visita al Delta y vos que sos fanático de las fotos no tenés contigo la cámara de fotos. Claro, no es cómodo ir con la mochila con todo el equipo todo el tiempo, y te resignás a tomar alguna imagen lejana con el teléfono. Llegó el fin del día, ya le entregaste tu celu a los chicos para que vean una peli, pero pelean por quién lo sostiene y queda con vista privilegiada de la pantalla. Situaciones y problemas comunes, cotidianos. Es que sabemos que nuestro celular es una potente computadora y herramienta polifuncional, pero a veces, precisamos algo más de él: un plus para volverlo más específico para ciertas tareas.

Esto lo entendieron los ingenieros que idearon el último Moto Z Play, un smartphone que puede ser más que un celular, dependiendo de qué aditamento le sumemos. El concepto basado en una tecnología modular. Para conocer cómo funciona, Moto invitó a Revista Huéspedes a un testeo muy original: un safari fotográfico con la condición de no llevar la cámara de fotos.

 

Arribados a la Isla El Descanso en el Delta del Tigre, nos encontramos con el Moto Z y los “moto mods”. El módulo desarrollado por la fabricante sueca de cámaras fotográficas Hasselblad, tiene prácticamente las mismas dimensiones que el teléfono y “se pega” a la parte trasera celular con extrema facilidad gracias a unos imanes ocultos. Los equipos se emparejan de forma automática. Ahora, con un doble giro de la muñeca, activamos la cámara que tiene un poderoso zoom óptico de 10 X, de 4,5 a 45 mm, mientras que la pantalla Full HD de 5.5” se convierte en el visor.

Iniciamos la recorrida por  por el magnífico jardín de El Descanso. El trabajo de paisajismo es dedicado: las plantas, perfectas, son el marco para las numerosas instalaciones de arte que fotografiaremos con el Moto Z, a lo largo de la caminata de 40 minutos. Puentes, pérgolas, canales y botecitos de madera se conjugan con las obras al aire libre de reconocidos artistas argentinos contemporáneos como Pablo Reinoso, Bastón Díaz, Vivianne Duchini, el recientemente fallecido Carlos Gallardo.

Al tomar las fotos, dos ítems son practiquísimos: que el módulo cámara tiene su propio botón disparador y una palanquita para regular el zoom (más allá que también se puede manejar de forma touch); y que las fotografías con 16 mega pixeles de resolución, se pueden guardar en formato raw para luego retocarlas con programas de edición profesional. Pero las  fotos están en allí teléfono con toda la conectividad que éste permite: hacer copia de seguridad de forma  automática y compartir las imágenes en redes en el momento.

Si de compartir se trata, Moto Z sugiere las mejores capturas del día y edita un video con música, que gracias al módulo proyector, podés ver con tus amigos convirtiendo cualquier pared en una pantalla de cine.

Pese al uso intensivo que le demos, no debemos temer quedarnos sin batería. No solo por la extra larga duración de la batería integrada del Moto Z Play, sino porque además se puede aplicar un módulo de batería adicional que recarga el teléfono en pocos minutos. Y también sirve como batería extra el módulo parlante de JBL que posibilita ambientar cualquier reunión con nuestros play list.

No hay dudas de que con los diferentes módulos la experiencia de uso del Moto Z es totalmente diferente.