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Conrad, un deleite para cualquier edad

El hotel de Punta del Este ofreció durante las vacaciones de invierno un fantástico despliegue que disfrutaron chicos y grandes

URUGUAY.– Las vacaciones de invierno de uno y otro lado del Río de la Plata fueron la excusa perfecta para la diversión en el hotel Conrad de Punta del Este. La sensación era una fiesta. Los banderines pendiendo de un muro al otro entre los salones de la planta baja, los inflables de todos los tamaños y formas, los colores a pleno, los chicos corriendo, riéndose y celebrando cada ocurrencia de los animadores del Kids Club, siempre listo para recibirlos pero ahora redoblando los esfuerzos conquistadores de aplausos y sonrisas.

De la mañana a la noche, los niños tuvieron la oportunidad de vivir a pleno sus vacaciones. Y los grandes, mientras los pequeños tenían cientos de placeres a su disposición, relajarse con las propuestas siempre tentadoras del hotel: su gastronomía, el circuito de aguas del Spa y sus tratamientos para piel, cuerpo y alma, las chances de seguir la fortuna en el casino, el gimnasio, las clases de Zumba a todo ritmo, o la comodidad de cada suite.

Mientras tanto, allí en el colorido mundo del Kids Club había planes intensos en emociones: meriendas sustanciosas, sector de pintura, fútbol 5 para ellos, maquillaje artístico para ellas, cama elástica para saltar hasta el cansancio, cenas en Las Brisas con sus compañeros de aventuras (con el ya clásico y celebrado menú infantil, escrito y dibujado para que todos los niños elijan el plato de su preferencia), y hasta shows de clowns y acróbatas divertidos, que se ganaban el corazón de su menudo público en cuestión de segundos, bastando apenas el primer chiste para que todos quedaran con panza y codos en la alfombra, anonadados con sus proezas.

 

Otro escenario, el armado en el salón Punta del Este, con Los Gardelitos y su talento en escena, se encargó de recrear clásicos como Tarzán y Dumbo para placer de todos. Allí los adultos también sumaron aplausos, compartiendo ese tiempo mágico con los pequeños. Y volviendo a ser un poco chicos, en ese universo que Conrad supo crear a medida de la fantasía y de lo que una verdadera vacación escolar necesita para recargar las energías antes de volver a las aulas.