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Avanzan las obras Del Molino

Continúan los trabajos de restauración en la tradicional confitería. Un icónico edificio ubicado frente al Congreso, con sus paredes llenas de historia

aspas del molino

Las aspas Del Molino siguen cobrando vida. El movimiento acelera las tareas de restauración de la mítica confitería en planta baja, contemplando todos sus componentes: bronces, muros y cielorraso, luminarias y pisos que en su mayoría son de mármol.

En esta etapa de puesta en valor también renacen tanto la fachada de la planta baja, como la marquesina visible en la ochava que se ubica en Av. Callao y Rivadavia, frente al Congreso. Tareas que requieren un artesanal trabajo para recuperar vitrales en una superficie de 160 m2.

Los salones de fiestas del primer piso se encuentran restaurados casi en su totalidad, a excepción de los pisos que se ejecutarán al completar las obras del resto de los espacios en esa planta.

 

Las obras avanzan también sobre los departamentos del cuarto y quinto piso del edificio, espacios donde en un futuro funcionarán el museo de sitio y centro cultural del Molino, tal como fue estipulado por la Comisión Bicameral que se constituyó antes de iniciar esta majestuosa obra.

En el cielo, en la cúpula

Esa punta que de lejos se avisaba deslucida por años recuperó su esplendor hace poco. Tanto la azotea y la Torre cúpula, así como la puesta en marcha de las aspas de ese molino inconfundible, salieron del letargo gracias a la reproducción que se logró mediante documentos fotográficos.

Ese peculiar proceso contó con la ayuda de las redes sociales pues no había rastros del material original de los vitrales. Con el aporte fotográfico que donó la gente, el equipo técnico logró reconstruir las trazas originales, los colores y las texturas vítreas.

  • Datos técnicos de los vitrales de la cúpula
  • 8 Gajos de vitral.
  • 655 teselas por gajos
  • 5240 teselas en total.
  • Cada gajo tiene 5 M2.
  • Se utilizaron 25 tipos de vidrios diferentes, variedad de verdes, azules, amarillos, rojos, rosados, celestes, ambarinos, violetas, y morados.


La emblemática Confitería del Molino había comenzado a funcionar en el edificio ubicado en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao los primeros años del siglo.

Por allí pasaron innumerables personalidades del ambiente artístico y político. Los ciudadanos también fueron protagonistas de las historias construyeron un libro imaginario de recuerdos.

Su magia se apagó en 1997, aún con el mote de Monumento Histórico, el edificio quedó abandonado a su suerte. Hasta que en el 2014, mediante la Ley 27.009, se transfirió al Congreso de la Nación.

A partir de allí, una Comisión Administradora del Edificio del Molino compuesta por las dos cámaras legislativas, junto a un equipo interdisciplinario comenzó el rescate de este icónico edificio de estilo Art Nouveau que decora la geografía porteña. Ya falta menos para volver a disfrutar de su Imperial Ruso, como hace más de 20 años.

+info: www.delmolino.gob.ar